lunes, 8 de marzo de 2010

Cuento ¿Y tú, respetas o no?- 5º Ed. Primaria

El día 13 de noviembre de 2009 era un día especial para Pancho, un perro de mucha edad, que iba a reunir a sus nietecitos para contarles cómo había cambiado su vida con el tiempo. Una vez que los ocho cachorritos estaban sentados con los ojos muy abiertos como platos y algo nerviosos, Pancho, empezó a contarles su historia.

Queridos nietos, recuerdo que hace tiempo estaba paseando por el campo con mi amiga la ardilla Serpentina y el conejo Kiko. Todos cantábamos alegres la canción de los valores que decía algo así:

“No sé si pensar

Si eres el valor que cuida mi camino.

No sé si pensar

Que eres el respeto que ayudó al medio ambiente…”

Por aquel tiempo, solíamos ir los domingos a sentarnos a la orilla del río Tajo, a su paso por el Puente del Arzobispo. Allí comíamos y bebíamos durante horas al tiempo que escuchábamos música moderna.

De pronto, un domingo, al llegar al río nos llevamos una gran sorpresa. Vimos máquinas enormes construyendo algo que ellos llamaban camping. Nos quedamos asombrados y fascinados ante todo aquel espectáculo.

El domingo siguiente, vimos que ya había mucha gente en el camping haciendo barbacoas, lo cual nos pareció impresionante. Olía a chuletas de cordero, chorizo, morcilla, salchichas, panceta… ¡aquello parecía un buffet libre!. Al principio, el invento nos pareció buena idea pero al cabo de un tiempo, nos dimos cuenta de que aquel continuo olor a humo no nos agradaba tanto y a nuestros amigos los estaba contaminando. Incluso una cría de conejo estuvo a punto de acabar tostada en una de las hogueras, pero conseguimos que se salvara por los pelos.

Con el tiempo todo fue cambiando a nuestro alrededor. Cada vez venían menos niños a jugar con nosotros porque todos estaban entretenidos con sus consolas y muñecas, la lana de las ovejas que vivían en la zona se empezó a oscurecer por el humo, los pinos iban desapareciendo porque utilizaban la leña para las hogueras, el cielo iba perdiendo su bonito color azul y cada vez era más grisáceo. Con tanta contaminación a nuestro alrededor hasta los pájaros dejaron de cantar, el río estaba lleno de los restos de comidas y basura que tiraban, y por ello, muchos de nuestros amigos acabaron muriendo.

Como veis nietecitos, esta historia que os cuento es tan impresionante como real porque la contaminación afecta a las personas, animales y al medio ambiente. Vosotros que sois jóvenes tenéis que colaborar cuidando la naturaleza, respetando el medio ambiente y recordando que es el lugar donde vivimos.

Desde ese día, los nietos de Pancho cada domingo, se volvían a reunir para aportar ideas sobre cómo cuidar el medio ambiente con la ayuda de todos.

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